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“Para un viaje de exploración, elije un barco de poco calado”
 
Capitán James Cook, rechazando grandes barcos que le ofrecía el Almirantazgo para la búsqueda de un nuevo continente.
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¿POR QUÉ ES TAN PEQUEÑA LA CONSTANTE DE NEWTON?

 

Investigadores del Laboratorio de Física Teórica del CECs publicaron un modelo teórico que considera la constante gravitacional de Newton como una variable dinámica que puede tomar valores distintos en diferentes regiones del universo separadas por paredes de dominio llamadas “G-walls”. La materialización espontánea de G-Walls podría explicar por qué la interacción gravitacional es tan débil comparada con el resto de las interacciones.

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Desde el punto de vista de la física de partículas elementales, la constante de Newton es extremadamente pequeña. La fuerza gravitacional entre el protón y el electrón de un átomo, por ejemplo, es treinta y nueve órdenes de magnitud más débil que la fuerza electromagnética que los mantiene unidos. Este extraño abismo entre los acoplamientos de dos teorías fundamentales indujo a Paul Dirac en 1937 a preguntarse si el valor de la constante gravitacional pudo haber evolucionado a lo largo de la historia del universo: quizás en un pasado remoto tuvo un valor conmensurable con las escalas microscópicas, y lentamente fue decayendo hasta alcanzar el minúsculo valor que se observa hoy.

 

En este trabajo, publicado en Physical Review D [1] por los investigadores del Laboratorio de Física Teórica del CECs, Claudio Bunster y Andrés Gomberoff, proponen un mecanismo que implementa este decaimiento. Está basado en la introducción de nuevos campos que provocan que la constante de gravitación deje de ser una constante universal para transformarse en una constante de integración, de modo que puede tomar distintos valores en distintas regiones del universo. Éstas regiones están separadas por una nueva clase de pared de dominio que los investigadores llamaron G-wall.

 

Las G-walls pueden materializarse espontáneamente debido a fluctuaciones cuánticas o termales. Se trataría de paredes cerradas: burbujas que aparecen con cierta probabilidad en el espacio. En el caso cuántico, la constante de Newton disminuirá en el interior de la burbuja y luego de su formación crecerá para abarcar regiones cada vez más grandes del universo. Este proceso puede repetirse muchas veces, haciendo que la constante de Newton continúe decayendo. Esto continuará indefinidamente, pero la probabilidad de crear una nueva burbuja disminuirá en cada paso, permitiendo un pequeño valor residual cuando esta probabilidad se hace suficientemente pequeña. Esto es similar a lo que Brown y Teitelboim [2] hicieron para la constante cosmológica en 1987.

 

Existe la posibilidad de que una de estas paredes de dominio sea absorbida por un agujero negro y el cambio en la constante de Newton implique una disminución en la entropía asociada al agujero negro. Este fenómeno restringe estrictamente la forma de la teoría que acopla a las G-walls con el resto de los campos si exigimos que la segunda ley de la termodinámica sea preservada.

 

En palabras de Andrés Gomberoff “El hecho que la constante de gravitación sea tan espectacularmente pequeña comparada con el resto de las interacciones es un problema teórico muy relevante. Es difícil pensar en una teoría unificada que incluya la gravitación y el resto de las interacciones, y que sea capaz de predecir un número así. Los cálculos que hacemos los físicos no suelen arrojar números como esos. Es por eso que la idea de Dirac es tan atractiva: Esos números son solo un reflejo del tiempo que ha pasado. Al igual como la erosión es capaz de cambiar la geografía de forma radical pero muy lentamente, la constante de Newton pudo tener un valor grande, y lentamente haber disminuido hasta llegar al valor actual. En este trabajo mostramos un mecanismo capaz de implementar esa lenta erosión”.

 

 

 

Ref.:

[1] Gravitational domain walls and the dynamics of the gravitational constant G. Phys. Rev. D 96, 025013 (2017) DOI:https://doi.org/10.1103/PhysRevD.96.025013

[2] J. D. Brown and C. Teitelboim, Neutralization of the cosmological constant by membrane creation, Nucl. Phys. B297, 787 (1988). https://doi.org/10.1016/0550-3213(88)90559-7

 

 
 
El Centro de Estudios Científicos (CECs) es una corporación de derecho privado, sin fines de lucro, dedicada al desarrollo, fomento y difusión de la investigación científica. El CECs fue fundado en 1984 como el Centro de Estudios Científicos de Santiago donde funcionó en una casa arrendada hasta el año 2000, momento en el que se mudó a Valdivia donde evolucionó para llegar a ser lo que es hoy. Desde su fundación el CECs ha sido dirigido por el físico Claudio Bunster.

Luego de treinta y seis años de existencia, el CECs ha decidido renovar su sitio web, el cual se encuentra actualmente en construcción. En el intertanto las consultas pueden ser dirigidas a info@cecs.cl.

Lo que sigue es un extracto de un folleto que fue producido justo después de que el centro se trasladara a Valdivia. Sentimos que estas palabras aún reflejan su espíritu:
 

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Una pequeña banda de investigadores del Centro de Estudios Científicos (CECs) en Valdivia, Chile, comparte un sueño audaz, anticuado en esta era de la Gran Ciencia – la búsqueda irrestricta del conocimiento, en un pequeño instituto independiente de investigación de primera calidad. Sus miembros se han reunido durante un lapso de tiempo que abarca ya, más de un cuarto de siglo, para emprender una aventura intelectual que es riesgosa, estimulante y tremendamente productiva.
 
Ubicado entre los Andes y el Pacífico, en esta pequeña ciudad del sur, el CECs es uno de los pocos institutos en el mundo que trabajan en investigación de vanguardia en múltiples disciplinas, sin recibir recursos o estar afiliada a ninguna institución anfitriona. Sus investigadores son libres para desarrollar su mejor ciencia con independencia de las modas y sin restricciones burocráticas, en una atmósfera de colaboración y apoyo mutuo. El fruto de este esfuerzo se traduce en un flujo permanente de ideas innovadoras, con estudiantes altamente capacitados y resultados que son publicados en revistas especializadas. El Centro ha demostrado lo errado de los prejuicios y escepticismo relacionados con su pequeño tamaño, al ubicar a Chile, con la capacidad de sus integrantes y audaz estrategia, en el mapa mundial de la ciencia, revolucionando de paso el modelo tradicional de estructurar la ciencia en Chile y mostrando – con su ejemplo – cómo “lograr más con menos”. Sus investigadores hablan en tono de curiosidad, maravilla y ocasionalmente orgullo al describir su emocionante viaje por aguas inexploradas.
 
La estrategia del CECs es sustentar un entorno científicamente rico donde la ciencia y los científicos son lo primordial – atrayendo a las mejores personas, apoyándolos adecuadamente y ofreciéndoles libertad para perseguir sus sueños.
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