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“Para un viaje de exploración, elije un barco de poco calado”
 
Capitán James Cook, rechazando grandes barcos que le ofrecía el Almirantazgo para la búsqueda de un nuevo continente.
Claudio Dib dictó una charla sobre “El LHC: la máquina más grande para explorar lo más pequeño” PDF Imprimir Correo electrónico
c_plchica.jpg 05 noviembre 2010

Ayer a las 18:00, en la sala de conferencias del edificio Martha Muse del Centro de Estudios Científicos, Claudio Dib, doctor en  física de la Universidad Federico Santa María, dictó la charla “El LHC: la máquina más grande para explorar lo más pequeño”. En ella habló sobre el LHC, el Gran Colisionador de Hadrones, el acelerador de partículas subatómicas más grande jamás construido que intenta comprender el observar las partículas elementales que existían en los primeros microsegundos del Big Bang, explosión que originó el cosmos hace unos 13.700 millones de años.

 

Claudio Dib explicó que ayer, el gran colisionador cumplió una primera fase al dejar acelerar y hacer colisionar protones y comenzar a trabajar con iones de plomo. El choque de estos iones pesados (a los que se les han eliminado los electrones) abre una nueva etapa a la Organización Europea para la investigación Nuclear (CERN) en su búsqueda de la materia oscura y partículas elementales del Universo.

El LHC, del CERN está ubicado a unos 100 metros cerca de Ginebra, en la frontera franco-suiza . Esta máquina que comenzó a proyectarse hace 20 años y que tardó 10 años en construirse, es un conducto circular que tiene una longitud total de casi 27 kilómetros.

En el LHC, aceleran haces de partículas provocando hasta 600 millones de colisiones por segundo que generan temperaturas 100.000 veces superiores a las del sol, con el fin de poder observar las partículas elementales que existían en los primeros microsegundos de la formación del universo.

Para poder realizar los experimentos, existen 4 colaboraciones internacionales ATLAS, ALICE, CMS y LHCb, cada una de ellas tiene su propio detector y que ya han empezado a acumular una gran cantidad de datos. Chile ingresó a la colaboración ATLAS el año 2007. Más de 2000 físicos de 37 países integran el ATLAS y lo que se investiga es poder descubrir nuevas partículas y nuevas interacciones subatómicas. Claudio Dib, explicó que en estos momentos los físicos chilenos están trabajando en el procesamiento de los datos que entrega el LHC, a través de la red de computación GRID, tecnología innovadora que almacenar la gran cantidad de datos que se recopilan de la coalición de las partículas (200 MB por segundo).

Claudio Dib explicó que las implicancias de este tipo de experimentos, es el alto desarrollo de tecnología además de una colaboración a nivel mundial.

La charla, que fue transmitida online terminó con una interesante discusión entre el investigador y los científicos del centro de estudios.


 
 
El Centro de Estudios Científicos (CECs) es una corporación de derecho privado, sin fines de lucro, dedicada al desarrollo, fomento y difusión de la investigación científica. El CECs fue fundado en 1984 como el Centro de Estudios Científicos de Santiago donde funcionó en una casa arrendada hasta el año 2000, momento en el que se mudó a Valdivia donde evolucionó para llegar a ser lo que es hoy. Desde su fundación el CECs ha sido dirigido por el físico Claudio Bunster.

Luego de treinta y seis años de existencia, el CECs ha decidido renovar su sitio web, el cual se encuentra actualmente en construcción. En el intertanto las consultas pueden ser dirigidas a info@cecs.cl.

Lo que sigue es un extracto de un folleto que fue producido justo después de que el centro se trasladara a Valdivia. Sentimos que estas palabras aún reflejan su espíritu:
 

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Una pequeña banda de investigadores del Centro de Estudios Científicos (CECs) en Valdivia, Chile, comparte un sueño audaz, anticuado en esta era de la Gran Ciencia – la búsqueda irrestricta del conocimiento, en un pequeño instituto independiente de investigación de primera calidad. Sus miembros se han reunido durante un lapso de tiempo que abarca ya, más de un cuarto de siglo, para emprender una aventura intelectual que es riesgosa, estimulante y tremendamente productiva.
 
Ubicado entre los Andes y el Pacífico, en esta pequeña ciudad del sur, el CECs es uno de los pocos institutos en el mundo que trabajan en investigación de vanguardia en múltiples disciplinas, sin recibir recursos o estar afiliada a ninguna institución anfitriona. Sus investigadores son libres para desarrollar su mejor ciencia con independencia de las modas y sin restricciones burocráticas, en una atmósfera de colaboración y apoyo mutuo. El fruto de este esfuerzo se traduce en un flujo permanente de ideas innovadoras, con estudiantes altamente capacitados y resultados que son publicados en revistas especializadas. El Centro ha demostrado lo errado de los prejuicios y escepticismo relacionados con su pequeño tamaño, al ubicar a Chile, con la capacidad de sus integrantes y audaz estrategia, en el mapa mundial de la ciencia, revolucionando de paso el modelo tradicional de estructurar la ciencia en Chile y mostrando – con su ejemplo – cómo “lograr más con menos”. Sus investigadores hablan en tono de curiosidad, maravilla y ocasionalmente orgullo al describir su emocionante viaje por aguas inexploradas.
 
La estrategia del CECs es sustentar un entorno científicamente rico donde la ciencia y los científicos son lo primordial – atrayendo a las mejores personas, apoyándolos adecuadamente y ofreciéndoles libertad para perseguir sus sueños.
La actual tripulación del centro es la siguiente: