¿Cómo funciona el Péndulo del CECs?

El péndulo está compuesto por tres partes principales: un anclaje con el sistema de recuperación de energía y estabilizador, en la parte superior, la bola de acero, y el cable que la sostiene.

El cable que sostiene la bola es un alambre de acero trenzado de 4mm de diámetro, la esfera es cromada, contiene plomo en su interior y pesa unos 100 kilogramos.

El sistema de recuperación de energía devuelve la energía que pierde el péndulo por roce con el aire. De no existir este mecanismo, el péndulo dejaría de oscilar al cabo de unas pocas horas.

Este mecanismo está compuesto por cuatro sensores ópticos de movimiento, un circuito electrónico de control, un electroimán (bobina) y un imán. Los sensores ópticos gatillan el circuito de control, que hace circular una corriente en la bobina ubicada cerca del punto de sujeción del péndulo.

El campo magnético generado por la bobina produce una fuerza sobre el imán unido al cable y que está en la región interior de la bobina. Esta fuerza compensa el roce con el aire y así el péndulo puede oscilar indefinidamente.

El sistema de estabilización consiste en un anillo metálico colocado en la parte superior del péndulo, conocido como anillo de Charron. El cable en su movimiento de oscilación hace contacto con el interior del anillo. Esto obliga al péndulo a moverse siempre en un plano, evitando que describa una trayectoria elíptica, como resultado de perturbaciones, tales como corrientes de aire o vibraciones del edificio. Sin embargo, dado que el cable permanece en contacto con el anillo de Charron brevemente en cada período, el plano de la oscilación deja de girar en relación al suelo durante ese tiempo. La consecuencia de esto es que la rotación del plano de oscilación “se frene” y una vuelta completa tarde levemente más de lo esperado.

En la base se puede observar los puntos cardinales y una graduación que permite medir el desplazamiento del plano de oscilación.