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TEMAS | GLACIOLOGÍA | Glaciares chilenos como indicadores de cambios climáticos |
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Los glaciares chilenos están experimentando en términos generales, una tendencia al retroceso que fluctúa entre unos pocos metros por año en la zona Norte del país hasta los 900 m/año en la zona sur (Rivera et al., 2002). Este comportamiento está asociado a los actuales cambios climáticos, particularmente el aumento de las temperaturas atmosféricas y la reducción de precipitaciones según se registra en numerosas estaciones meteorológicas. De ahí que se señala que los glaciares chilenos son representativos o indicadores “sensibles” del cambio climático, aún cuando también se reconoce en algunos casos la influencia de factores locales tales como la topografía de los fiordos o valles donde se encuentran localizados, la dinámica propia del hielo y la actividad volcánica, entre otros.
Hagamos una breve síntesis de lo que se sabe respecto a los glaciares analizados por zonas glaciológicas. La zona Norte (18°-32°S) se encuentra caracterizada por tener un número limitado de glaciares, muchos de ellos “rocosos” o “recubiertos”. Uno de los pocos estudiados en detalle es el Glaciar Tronquitos (28°32’S, 69°43’W), que perdió 2.7 km2 de superficie entre 1955 y 2002 (Rivera et al., 2002. Por su parte del Glaciar Tapado (30°08’S, 69°55’W), ubicado en el valle del Elqui, se extrajo un testigo de hielo hasta su base permitiendo determinar la influencia del fenómeno El Niño en los procesos de acumulación de masa (Ginot et al., 2002).
La zona Central (32°-36°S) posee unos 1,500 glaciares distribuidos en más de 1,000 km2 (Rivera et al., 2000). Destaca el Glaciar Juncal Sur (33°05’S, 70°06’W), en la cuenca del río Maipo, con una superficie total de 22.7 km2 en el año 2006 pero con la mayor tasa de retroceso (Rivera et al., 2000). Un poco más al sur se encuentra el Glaciar Echaurren Norte (33°33’S, 70°08’W), donde se realizan mediciones de balance de masa desde el año 1975, observándose que el glaciar ha experimentado una tendencia acumulada negativa para los últimos treinta años.
En la zona de Los Lagos (36°-41°S), la mayoría de los glaciares están ubicados sobre volcanes activos. Tal es el caso de Los Nevados de Chillán (36°50’S, 71°25’W), donde existen documentos históricos que indican que el glaciar tenía una superficie de 30 km2 (Philippi, 1863), y que en la actualidad es de sólo unos 5 km2 (Zenteno et al., 2004). En el glaciar Pichillancahue-Turbio del Volcán Villarica (39°25’S, 71°56’W) se ha estimado una pérdida de un 13% de la superficie entre 1979 y el 2005. Se cree que hay una importante influencia del calor geotermal al aumentar la ablación basal del hielo, mientras que en superficie habría un efecto contrario ya que los depósitos de ceniza volcánica protegen al hielo de la radiación solar (Brock et al., 2007).
En Patagonia (41°-56°S) se encuentra la mayor reserva de hielo del Hemisferio Sur, localizada en los Campos de Hielo Norte y Sur (Naruse & Aniya, 1992), los que en conjunto albergan 17,000 km2. Aproximadamente el 9 % de la contribución de glaciares en el mundo al aumento del nivel del mar se origina en estos dos campos de hielo. Uno de los más conocidos es el Glaciar San Rafael (46°41’S, 73°51’W) que retrocedió 2,550 m en los últimos 30 años (Figura 2). Inmediatamente al sur se encuentra el San Quintín que perdió 33 km2 de superficie (Rivera et al., 2007; Figura 3); más específicamente en su frente norte, un área previamente cubierta por hielo y que hoy está convertida en un lago “pro-glacial” (46°52’S, 74°05’W). Finalmente en Tierra del Fuego, el Glaciar Marinelli de la Cordillera Darwin registra uno de los mayores retrocesos en todo el país (Porte & Santana, 2003).